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domingo, 30 de mayo de 2010

Visita a la cárcel, una gran experiencia.

El día 17 de mayo, mis compañeras y compañero Verónica, Miriam, Ismael y yo, tuvimos la oportunidad de visitar el centro Penitenciario Sevilla, situado en la Carretera de Torreblanca, Mairena del Alcor. Nuestra visita ha tenido como objetivo principal poder acercarnos a un centro penitenciario para poder abrir convenio, y hacer las prácticas del año que viene allí, y gracias a nuestro compañero Ismael, el cual tiene un contacto en dicho centro penitenciario, hemos podido visitarla y además de una forma más satisfactoria de lo que yo pensaba.

A continuación paso a contaros un poco mi experiencia personal, detalladamente, allí, como me he sentido y todo lo que he aprendido, ya que para mí ha sido bastante gratificante:

El centro penitenciario Sevilla, como he dicho, se encuentra en la carretera de Torreblanca, dirección Mairena del Alcor, pero se encuentra un poco escondido. El camino que nos llevó hasta allí, estaba rodeado de campos privados, y cerca se encuentra varias fábricas. Una vez llegamos, dimos nuestros DNI, y tras comprobar que habíamos pedido cita para visitar el centro dicho día, nos dieron paso, pasando por un detector de metales, en el cual Ismael casi se nos queda allí, se tuvo que quitar, los anillos, correa, etc.

Tras pasar por allí, nos enviaron a otro edificio en el cual nos dieron el pase para poder entrar en el centro penitenciario por fin. Tras un pequeño rato de espera, nos atendió el subdirector de seguridad, funcionario de prisiones que nos enseñó uno de los edificios, hasta que llegó Belén, la que sería nuestra gran guía hasta el final de la visita. Bueno en primer lugar, voy describir como se distribuye el centro para que os hagáis una idea, y posteriormente lo haré de forma más específica:

Nada más entrar nos encontramos con un pequeño jardín, con plantas muy bien podadas por los propios presos, y se ven claramente cuatro edificios: Uno es el mixto, donde se encuentran hombres y mujeres; otro es un centro psiquiátrico el cual tiene una dinámica diferente a los otros edificios; y luego está el edificio de cumplimiento y el de preventivos. Nosotros tuvimos la oportunidad de visitar todos, menos el de cumplimiento debido a que nos teníamos que marchar.

Bueno, pues como iba diciendo, el primer edificio a visitar fue el mixto, en el que se encuentran hombres y mujeres, pero nos explicaba el funcionario que los hombres que allí estaban tenían un perfil muy específico ya que muchos eran presos de confianza o en tercer grado. Nos comenta que, debido a que el número de presos es más reducido, es el edificio en mejores condiciones. Allí dentro tuvimos la oportunidad de ver todas las instalaciones, desde las habitaciones de vis a vis, celdas, piscina, gimnasio, huerto ecológico, salón de acto donde realizan distintas actuaciones, como teatros, visualización de películas, etc. Algo que me llamó mucho la atención, fue que los presos estaban por los pasillos, cada uno realizando su tarea, unos limpiando, otras en clase, etc., pero si es cierto que cuando pasábamos por un lugar donde había más presas juntas le hacían rápidamente peticiones al funcionario, y ¡alguna pretendía ligar con Isma!. Algo que me frenó un poco la cara de ilusión que tenía, fue el escuchar a una de las presas decirnos “es bonita la cárcel ¿no?, lo que me hizo poner los pies en el suelo, y ver más claramente el sitio en el que nos encontrábamos.

Tras ver dicho edificio, visitamos el centro psiquiátrico. La metodología allí es distinta, puesto que las personas con las que tratan también son diferentes. No obstante, la estructura, en cuanto a rejas, puertas cerradas, etc. es similar, pues allí se encuentran personas que tienen alguna enfermedad mental, y han cometido algún tipo de delito bajo los síntomas de su enfermedad. Casi no nos dejaron pasar, pero topamos con un funcionario bastante simpático que nos presentó al director de allí, que es distinto al del resto de la cárcel, el cual nos permitió la entrada. Le estuvimos comentando al director que pretendíamos hacer las prácticas allí, y él nos animó bastante inclusive nos ofreció su teléfono personal para poder realizar los trámites del convenio, no obstante, antes debemos hablar con el decano de la facultad ya que, creemos, que está en sus manos. Posteriormente, el funcionario nos enseñó las instalaciones del edificio, destacándonos la labor hecha en la lavandería, y un jardín que hacía olvidar el lugar en el que se encuentran, un jardín con un huerto, con pistas para realizar deporte, con perros, etc., que daban un habiente totalmente diferente al resto de su entorno.

Finalmente, tras varias horas de visitas, pasamos a visitar el último módulo. Es allí donde Belén, nuestra guía, lleva a cabo su labor como maestra. Ella, junto a varios compañeros más dan clase a los internos, diferenciando el nivel de cada uno, formándoles para que ellos puedan sacar el graduado escolar, la ESA, o las pruebas de acceso a la universidad. Tras visitar algunas instalaciones del edificio, estuvimos en el módulo 8, que como anécdota, Belén nos contó que fue allí donde hace poco tiempo se escaparon dos presos. Y fue allí donde tuvimos un contacto más directo con la realidad, ya que Belén nos dio la oportunidad de de hablar con los presos a los cuales impartía clase. Antes de esto fuimos a tomar café al economato, que es una especie de quiosco en el cual ellos compran todo lo que necesitan, y es llevado por dos presos de confianza, y el pago es realizado a través de unas tarjeta cuyo dinero lo recargan una vez a la semana, bien sus propios familiares o bien por el trabajo que allí realizan, tales como limpieza, lavandería, economato, etc.

Pues como iba diciendo, pudimos tener contacto directo con los presos. Primero con los dos que llevaban el economato, los cuales nos trataron muy amablemente, y luego con un señor que estaba preparándose para la prueba de acceso a la universidad, y además tenía un pequeño taller donde realizaba encuadernaciones, libretas pequeñas con portadas de cartas de la baraja española, o con imágenes de Vírgenes (que nos regaló una a cada uno), joyeros, y sobre todo restauración de libros antiguos que poseían de la biblioteca. Posteriormente entramos al aula donde Belén imparte las clases, y allí estuvimos charlando con los presos sobre la labor que el educador y trabajador social realizan, entre otras cosas.

En cuanto a esto último, ellos nos contaron lo que ya nos adelantaba Belén. El trabajador social realiza una función burocrática que ellos valoran mucho, ya que les ponen en contacto con sus familiares, le arreglan todo tipo de papeleos como el arreglarles una paga, etc. Pero para poder tener contacto con ella debían enviar una estancia, y luego la trabajadora social les recibía, teniendo pues muy poco contacto con los presos. En cuanto a los educadores sociales, nos comentaron que en su modulo era una figura inexistente, que ni siquiera le conocía, y su función, pudimos comprobar, que lo hacían los maestros que allí impartían clase que básicamente tienen el título de magisterio. No obstante, en otros módulos su figura estaba presente, siempre gracias a la profesionalidad de la persona que realiza el trabajo. Como nos contó Silvia en el seminario pasado, la función del educador social es realizada por cualquier persona que haya aprobado unas oposiciones, y muchas de estas son oposiciones internas, a los cuales solo acceden los funcionarios de prisiones, sin necesidad de tener ningún tipo de formación específica. Además ellos mismos, nos demandaban la función de éste como algo muy necesario, para contar algún tipo de problema, etc. Y del mismo modo, yo considero que muy necesario, y más ahora que he podido ver las actuaciones que como futuros educadores sociales podemos realizar en los centros penitenciarios. Me parece muy injusto que la figura del educador social no esté presente como tal, tanto para nosotros como futuros profesionales, pero sobre todo por ellos que teniendo derecho a tener esa figura presente, se les imposibilita por falta de preparación.

Algunos nos contaron el motivo por el que allí estaban, otros nos comentaban los grandes estereotipos que sobre ellos se tenía, otros se interesaron muchísimo por nuestra profesión, incluso uno de ellos nos dio sus señas para que le mandásemos los apuntes de nuestra carrera, ya que le interesaba mucho la función de nuestra futura profesión. A éste mismo le dije que entre otras cosas, podría ser funcionario de prisiones, a lo que me contestó rotundamente no, y me dio a entender que eran demasiado estrictos con ellos. En mi opinión, puedo llegar a entender por qué los funcionarios son así, pues las cárceles han cambiado muchísimo en muy poco tiempo, sin embargo los profesionales que allí trabajan siguen siendo los mismos, ya que muchos de ellos tienen una edad bastante avanzada. Sin embargo esto no justifica que ellos, al igual que las instalaciones de prisiones, deban cambiar, y deban recibir formación de cómo actuar ante el nuevo cambio y realidad.

Finalmente, decir que la visita al centro ha impulsado más mis ganas de seguir insistiendo para conseguir hacer las prácticas del año que viene allí, y creo que a mis compañeras y compañero también. Creo que ha sido una experiencia muy positiva para todos, y personalmente he podido ver la gran labor que con este colectivo podemos hacer, lo que me ha motivado aun más. No solo hemos aprendido cosas positivas, si no también negativas, como la masificación de las cárceles, la falta de funcionarios, la inexistencia del educador social, el trabajo realizado con ellos, muy dirigido al cumplimiento de la pena como castigo, no trabajándose nada o muy escasamente con la reinserción del individuo ante la vida que les espera fuera, la lentitud de la justicia que hace gran daño, tal y como nos reflejó uno de los presos con los que pudimos mantener contacto, etc. Sin embargo considero que la mayoría de estas carencias y limitaciones se irán superando con el paso de los años. Y para ello creo que como, futuros trabajadores y educadores sociales (si nos lo permiten), tenemos una gran labor, tanto con los propios presos como con los estereotipos que sobre ello se tienen. También decir que mi orientación casi decida para dedicarme más al trabajo social, ha sido puesta más en duda, ya que me ha motivado bastante las funciones que deberían hacerse desde la educación social.

No me gustaría terminar sin agradecer a nuestro compañero Ismael el ponernos en contacto con su compañera y el permitirnos conocer dicha realidad. Y también a Belén y a todos sus compañeros por el trato tan amable que con nosotros han tenido, además e de decir que la labor que ellos hacen con los presos, y en especial Belén que es con quien más contacto hemos tenido, es muy útil. Además en poco tiempo he podido observar que es una gran profesional que en apenas un año de función allí se ha ganado el respeto, tanto de los presos como de los propios funcionarios.

1 comentarios:

José Manuel Hermosilla Rodríguez dijo...

Buenísima aportación Rocío. Muchas gracias.

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